sábado, 2 de febrero de 2019

"CARA DE PAN" SARA MESA



 Resultado de imagen de Cara de panLa escritora sevillana Sara Mesa nos presenta su octavo libro donde nos cuenta la historia de una relación, no siempre entendida, entre una niña y un viejo que se conocen en el parque un día que ella estaba allí leyendo en lugar de ir al colegio, al que ya hacía tiempo que no iba por un supuesto caso de bulling.

Todo el peso de este corto pero intenso libro, lo lleva los encuentros entre estos dos personajes a los que ni siquiera quiere poner nombre, Casi; porque tiene casi catorce años, y Viejo, por razones obvias.

El libro tiene una clara división en dos partes, en la primera se nos muestra los personajes, con gran sutileza Sara nos deja ver de ellos solo lo que nos quiere mostrar, pero al final nos damos cuenta de que en realidad son más complejos de lo que parecíamos vislumbrar al principio de la novela.

En la primera parte la historia que estaría más encuadrada en lo que vendría a ser una novela juvenil o adolescente, una preadolescente inteligente que no se adapta al colegio y deja de ir porque la llaman cara de pan, encuentra a un viejo normal en principio, en apariencia un jubilado aficionado a los pájaros, hasta aquí nada nuevo, podríamos pensar en este punto que la cosa va a terminar mal, que el viejo se intentará aprovechar de la chica o raptarla o algo así. Pero la historia da un giro insospechado que no voy a contaros para no estropear la sorpresa y es entonces cuando empieza la segunda parte. A mi gusto, mucho más interesante.

En cuanto a los recursos que utiliza Sara, lo más destacable es el narrador en tercera persona no omnisciente, focalizado en la niña y el diario que esta escribe. Un diario que será muy importante en la segunda parte ya que añade un giro de tuerca al ser la imaginación de la chica la que prima sobre lo que allí escribe, alejándose de la historia real.

Una historia de perversión, una perversión basada en la sociedad, en lo que para la sociedad debe ser una perversión, ya que mediante la relajada narrativa de Sara Mesa vemos que no hay nada de perversión entre ellos, solo dos seres perdidos que se encuentran.
Personalmente me gusta mucho la metáfora del sito donde se dan cita cada dia, al ser cerrado, rodeado de arbustos como un nido donde ellos se pueden sentir seguros, a salvo de miradas interrogatorias de la gente que les ha desterrado de la sociedad. Un nido que cierra la metáfora con el interés del viejo por los pájaros. Este sitio oculto de todos contrasta con la cafetería de la escena final, un sitio público, delante de todos, mostrándose ya sin miedo.

En definitiva, este “cara de pan” es un libro corto que se lee rápido y con gusto, pero que nos deja un regusto un tanto amargo, una especie de aspereza de trasfondo para reflexionar sobre la sociedad, lo que está bien visto, lo aceptable, qué podemos hacer y qué no, qué es raro y qué bien visto, en definitiva, una reflexión sobre el qué dirán enfrentado a lo que nosotros queremos hacer y nos hace feliz.

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