miércoles, 28 de abril de 2010

LOS NOCILLITAS

Hace ya algunos años comenzaron a rondar las primeras informaciones sobre una “vanguardia de la literatura española” que nos hizo dar un vuelco al corazón a todos los que amamos este arte.
Sin pensarlo dos veces corrí a la librería más cercana y me hice con un ejemplar de “Nocilla dream” escrito por uno de los grandes gurús del grupo según decían los articulistas que me llevaron a tal sinrazón, comprar el libro.
Llegué a casa y comencé a devorarlo como el niño que abre sus regalos el día de reyes. Esperando encontrar en él esa vanguardia que tanto se celebraba, ya que todos sabemos la necesidad que existe en España de una nueva generación literaria, tanto, como un poco de agua en los áridos veranos.
Pasaron sus hojas ante mí y lo terminé con dos pensamientos en la cabeza. El primero era que me habían tomado el pelo, el segundo, que pertenece a la parte optimista de mi cerebro, vio en él una semilla que podría germinar bien en un verdadero escritor.
Han pasado ya unos años y ahora acabo de terminar de leer “Aire nuestro”, como soy un idealista, pensaba que este sí podría haber cumplido con el objetivo marcado por su compadre.
Otra vez me veo desolado, pero ahora sólo persiste en mí la primera idea.
¡Me han vuelto a tomar el pelo!
Lo primero que llama la atención de este grupito “Los monstruos” ya que monstruosa es su literatura, vale ésta me la dejaron muy fácil, es que se autodeterminen la vanguardia literaria española, apoderándose sin miramientos de un vacío cultural que existe en nuestro país desde hace demasiado tiempo.
La otra, es esa sensación que tienen de ser intelectuales. (Manuel Vilas se denomina así varias veces a lo largo del libro “No pienses en intelectuales ahora.” Palabras que pone en boca del príncipe Felipe hablando de él. Otra vez más “Es verdad que me saliste un intelectual” en la carta del padre.) Vamos a ver, todos estos adjetivos, son otros los que os los tienen que otorgar, no vosotros mismos. Por mucho que lo repitáis no se va a hacer realidad, por la sencilla razón de que no lo sois. Os faltan cualidades literarias demasiado evidentes como para saltárselas a la ligera.
Hay que reconocer una imaginación bastante destacable en vuestra literatura, pero el desconocimiento que demostráis tanto de literatura como de la lengua en la que os manejáis os delata. Lo primero que os recomiendo es que leáis, leer más y comprenderéis lo que es hacer buena literatura. Leer a Bolaño, a Neuman, a Donoso, a Fresán incluso los clásicos y comprenderéis que no es nada novedoso lo que estáis haciendo y sobre todo os daréis cuenta de vuestras carencias.
Vuestro estilo no pasa de ser un fracasado cut up con el pútrido aroma de modernidad al introducir una temática basada en la cultura pop y las nuevas tecnologías. Pero no es esto lo que más molesta, porque creo que el escritor tiene una obligación moral de escribir sobre lo que pasa en el momento en el que habita (pero eso no es novedoso) acaso Balzac dijo que era un vanguardista por retratar su sociedad o Galdós, o Clarín, o Larra. No, no lo dijeron ellos, lo dijeron otros y no por ese único motivo sino también porque su calidad, filosofía e ideología eran innovadoras en su tiempo.
Podría dar miles de ejemplos claros demostrando que la falta de conocimiento literario en vosotros es irrisorio, ya he dado algunos nombres de escritores que no os vendría mal ojear, pero es que la falta de conocimientos lingüísticos es tan evidente que para eso os recomiendo cualquier manual de gramática que podréis encontrar en una librería. Y es que, sin ofender, el desconocimiento de la lengua demuestra un analfabetismo intolerable en alguien que aspira a escribir libros. En “Aire nuestro” encontramos deuvedés por el “dvds” de la RAE “tenía una voz dulce, suave.” Por dulce y suave o dulce, suave… Numerosas repeticiones de palabras que denotan falta de vocabulario. “Era olor a química” la química no huele al no ser que no se haya duchado y por lo tanto en este caso hay que usar “químico” ya que se refiera al producto. “Delante de recepción” delante de LA recepción. “De todas las partes” de todas partes (en este caso) “te hace reflexionar en alguna manera” de alguna manera. Y aquí lo dejo porque tampoco es cuestión de citar todo el libro.
En cuanto a los temas puramente literarios, de nada sirve que tomes el título de un libro de Jorge Guillén, el tuyo es aburrido, sin ritmo, de nada sirve nombrar mil quinientas veces nombres de personajes famosos, la historia sigue siendo lenta, insulsa, es un ¿Cómo contar sin contar nada? Las hojas van pasando y sólo consigo leer nombres y nombres en diferentes situaciones prototípicas sin llegar a nada. Sergio Leone, Dreyer, Bukowski etc. Etc. Permíteme una cita “Esa mexicanización de América es la degradación de América, es la degradación artística más importante que se haya hecho de los restos dorados del imperio británico.” Mejor no digo nada. Ah por cierto, ¿Dámaso Alonso está olvidado? ¿Por quién?
Seguimos con inverosimilitudes de todos los calibres, introduce sin venir a cuento a la compañía que inventó el Prozac y volvemos a otra cita que no hace falta explicar “los bolivianos, en su simpleza radical, sólo conocen los adverbios jamás y siempre.” Haciendo amigos. Siguen las alusiones racistas en las que aparecen los marroquíes como violentos, traficantes de armas y violadores. Nos seguimos aburriendo, falta de realidad psicológica de los personajes, totalmente acartonados, planos huecos como un pozo, oscuridad y la nada. Me llama la atención la historia de la final de la Eurocopa. Comenzando por los personajes ¿Juan Carlos y Felipe? Al final no sabemos nada, ni las motivaciones del tipo que los mata, ni a qué nos lleva todo esto. Volvemos a la nada.
Sigue otra historia que no sirve para nada, critica a toda una generación de poetas a los que tilda de asesinos y mafiosos sin ningún resquemor. Llega a la historia del veterinario donde nuevamente no pasa nada y seguimos rellenando hojas…
Nombra a Honecker, jefe de estado de la RDA muerto en Chile.
Habría que preguntarles a los cubanos que piensan de tu cartita del Che a Fidel.
Y otra joyita “los trabajadores rumanos regalaban al viento de la historia ocho o tal vez nueve o diez o doce horas diarias de insignificantes vidas.”
Y por si fuera poco también misógino “chocho loco” ¿en el siglo XXI?
De todas formas, tengo que romper una lanza a su favor, reconozco que me conmueve la carta del padre, eso quiere decir que se sumerge en sus propios miedos para escribir y los afronta. Valor literario que no le saca del pozo intelectual en el que se mueve.
En definitiva, un libro, aburrido, vacío y que no aporta más que una serie de nombres a los que intenta encaramarse para darle una rociada a su relato de una cultura que no tiene, muchas incongruencias, frases racistas, opiniones infundadas y un intento de modernidad que podemos encontrar ya en escritores del siglo pasado.
Malos tiempos para la literatura española si esta es nuestra vanguardia.

1 comentario:

SAMUEL PINAZO dijo...

Felicitaciones. Muy buen artículo.