lunes, 5 de julio de 2010

Premios literarios ¿Quién los quiere?

Acabo de leer el cuento ganador de la LXI edición del concurso de cuentos San Pedro de la Felguera. ¿Y dónde está eso? Asturias. Resulta que es uno de los concursos más antiguos de España. Y uno de los mejor dotados ¡¡¡¡¡8000 eurazos!!!!!!!!

La cuestión es que acaban de publicar el cuento ganador en su página http://www.festejossanpedro.com/Cuentos/Cuentos.php que les invito a leer si quieren pasar un mal rato. Lo primero que hay que hacer es meterse en la biografía del padre de la criatura (esto lo comprenderán después de leer el cuento) para comprobar la cantidad de premios literarios que lleva acumulados el espécimen en cuestión. Es algo así como un profesional de los concursos literarios.

Pero lo que más pena da no es eso, ni tan siquiera que, por desgracia es así, los premios son la única salida que le queda a un escritor novel para poder empezar a publicar en este país, aunque sea un poco el pez que se muerde la cola, las editoriales no se la juegan a no ser que ya tengas detrás algún que otro premio acumulado y los premios, porque eso del pseudónimo y plica no se lo cree ni Dios, se los dan a gente que ya lleve algo hecho en este mundo de letras y puñaladas. Sino ¿Para qué te piden un currículo? Para ponerlo cuando te den el premio ¿Y no lo pueden pedir una vez que te lo hayan dado?

Bueno al grano. El título del cuento ganador de este año es “Aleluya” y su autor un tal Muñoz Palancas. Aleluya dije yo cuando por fin logré terminar de leerlo. La mala suerte que he tenido es que acababa de desayunar y he estado a punto de vomitar mi café con leche matutino por encima de mi pobre ordenador, que no tiene culpa de nada. Yo creo que si intentan leerlo con música, no sé de Joplin, Hendrix, o no, mejor de the doors el efecto en sus órganos cerebrales puede ser implacable, tal vez casi irrecuperable. En resumen: es la historia de un tipo que va a tener un hijo y como su padre había muerto antes de nacer él, tiene miedo de que le pase eso, toma todo tipo de precauciones pueriles para que eso no suceda, pero cuando uno piensa que la cosa no puede ir a peor, el niño nace y es entonces cuando tenemos que cambiar la música a ABBA o algo así, algo meloso, porque se pone muy pero que muy ROSA. A partir de entonces sabes perfectamente cual va a ser el final. El niño muere… cómo se le habrá ocurrido semejante final. Es algo totalmente novedoso, no lo hubiera podido imaginar nunca, ni siquiera en uno de esos libretos de novelilla rosa para quioscos hubieras podido encontrar semejante despliegue de lloriqueo zafio, facilón, simple y

¡¡¡¡¡¡Se ha llevado 8000 eurazos!!!!

Ah sí, para el final yo añadiría una de esas baladas heavys de los 80 un guns and roses o algo así y, un consejo al escribiente en cuestión, si pones en el final una lluvia que moja a padre e hijo cuando están tirados en la acera abrazados con el niño ya muerto, hasta puede que te lo compren para hacer una gran superproducción hollywoodiense. El padre sería Nicolas Cage y el niño Haley Joel Osment, si hombre, el de cadena de favores, ahora si se acuerdan eh, yo lo tuve que buscar.

Bueno, creo que ya se han hecho una ligera idea de por donde van los tiros. El cuento es malo, pero no sólo malo, da pena. Da pena el cuento, el escribiente, el jurado que ha premiado semejante bodrio vete a saber por qué, y me daba pena hasta de mí mismo, habiendo cosas tan interesantes que leer en la vida perder tanto tiempo con algo así.

Es una pena que los concursos funcionen como funcionan porque podría ser una buena manera de dar a conocer a un buen escritor desconocido y de paso darle algo de pasta que falta le hará, es una pena que todo funcione así pero así es y sólo nos queda desahogarnos en blogs que nadie lee. Pero bueno, como dicen en esa maravillosa película “jovencito frankestein” (Podía ser peor, podía llover.)

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