martes, 24 de abril de 2012

"Una forma de vida" de Amélie Nothomb

Título: Una forma de vida
Autor: Amélie Nothomb
ISBN 978-84-339-7830-1
Nº de páginas 152
Editorial: Anagrama. Colección Panorama de narrativas
Traducción: Sergi Pàmies

Amélie Nothomb es una escritora belga que nació en Japón porque su padre, diplomático de profesión, estaba destinado en ese país. Vivió también en China, Estados Unidos, Laos, Birmania y Bangladés. Habla japonés y trabajó como intérprete en Tokio. Desde 1992 ha publicado una novela cada año. Estudió filología románica en Bruselas y volvió a Tokio para trabajar en una gran empresa japonesa. De vuelta a Bélgica publica “Higiene del asesino”, su primera novela, con la que tiene un éxito aplastante y a partir de entonces puede vivir de la literatura. Con “Una forma de vida” publicada en castellano por Anagrama y en catalán por Empúries, narra la relación epistolar que mantiene una escritora (Amélie Nothomb) y un soldado norteamericano: Melvin Mapple.
Una mañana la escritora recibe por sorpresa una carta de este soldado destinado a Irak. “la escribo porque sufro como un perro” busca comprensión en una desconocida escritora de la que sólo ha leído una novela, la única suya traducida al inglés. Entonces nos habla de una batalla que está llevando más allá de la guerra contra los iraquíes. Esta batalla es contra el gobierno de los estados unidos y de todos aquellos que le han puesto en esa situación, es por tanto una especie de protesta silenciosa. Aun así, él se dice enfermo, una enfermedad que según parece afecta a gran parte de los militares estadounidenses desplegados en Irak. No se trata de ningún cáncer de pulmón producido por algún arma química o algo parecido, sino de algo más extraño todavía. Su enfermedad es la gordura. Así, como suena. Según va contando a lo largo de las cartas a su escritora descubrimos a un personaje que poco a poco ha ido cayendo en un agujero del que no es capaz de salir. Todos aquellos horrores que ve en la guerra le han causado un trauma tal que la única vía de escape que encuentra es la comida. Cómo él mismo reconoce, el hecho de comer se ha convertido para él en una especie de droga, la única forma de aliviar toda esa angustia acumulada después de pasar el día en el campo de batalla. Pero lo más curioso es que no se trata simplemente de una enfermedad, sino que también lo utilizan como una especie de forma de protesta contra la guerra y una manera de demostrar su desacuerdo con aquella matanza, puesto que todos esos “gordos” están costando un dineral al gobierno. Todo esto lo cuenta con grandes dosis de humor en unas imágenes que rozan el surrealismo al mostrarnos a los gordos utilizados como escudos humanos contra los iraquíes ya que son capaces de proteger a cuatro o cinco de los delgaditos. Evidentemente esta situación le llevará a pasar por malos momentos como la pelea con otros de su regimiento que les echan en cara que cuestan dinero a los americanos. Sin olvidar los dolores que sufre y el agravamiento de su estado de salud.
Confiesa a la escritora que para él todas esas cartas le sirven para evadirse de todo lo que le rodea y le cuenta todo el proceso de manera sumamente explícita, incluso ha puesto nombre a su grasa “Schéhérazade” una mujer joven que se acurruca sobre su cuerpo a lo que ella le propone, poniendo como ejemplo a una compañera de estudios que hizo un trabajo sobre la bulimia, que él haga lo mismo y se tome una foto cada día para que se pueda comprobar su evolutiva toma de peso, una especie de body art para lo que hasta le conseguirá un galerista belga amigo suyo dispuesto a exponer sus fotos.
También le habla de su vida antes de la guerra, parece ser que sus padres tenían una gasolinera a las afueras de Baltimore y como él no quiere llevar esa vida se lanza a la aventura “me llené de alcohol para llegar a ser el nuevo Bukowski” pero nada de eso le funciona. Pasa hambre y duerme en la calle con lo que piensa que como hace poco ya ha habido una guerra, probablemente pasarán décadas hasta que se produzca otra, pero no cuenta con el gobierno Bush y su sed de venganza tras el 11-S con lo que termina yendo a Irak. Cuando se enrola en la armada pesa 55 kilos y en el momento de empezar el relato ya va por los 180 y dice que todavía le quedan casi dos años de alistamiento, pero no se siente capaz de adelgazar a pesar de que sabe que todo el mundo va a huir de él cuando vuelva a casa.
Es aquí cuando nos encontramos ante la primera sorpresa del libro, que no la única, y que evidentemente no puedo desvelar porque os estaría privando de uno de los mejores momentos del relato, con lo que sólo puedo decir que el libro cambia radicalmente de rumbo y lleva a la protagonista a tomar una decisión realmente sorprendente.
Durante la presentación del libro Amélie ha reconocido que esta correspondencia es «absolutamente imaginaria», aunque reconoce que contesta a los centenares de cartas que recibe de sus lectores y admiradores, a pesar de ser su primera novela epistolar dice que desde muy pequeña sus padres la obligaban a escribir a su abuela, lo que la acercó mucho a este género narrativo.
Una de las cosas que más me ha gustado del libro son esos toques de lo que podríamos decir metaliteratura. Hablar sobre el arte y el oficio del escritor. Porque Amélie Nothomb nos trae una historia que habla de obesidad, inadaptación y humanidad en una sociedad donde todo lo que es diferente es rechazado de antemano. Pero realmente esto no es más que un pretexto para llegar a donde realmente le interesa, que no es otra cosa que preguntarse ¿Qué es para mí escribir? ¿Qué lugar ocupa en mi vida? Evidentemente la respuesta es la misma que le podría dar cualquier escritor. Escribir no es una elección, es una necesidad, como dijo Gabriel Celaya “Es el aire que exigimos treces veces por minuto” pero Nothomb, al menos en el libro, va a tomar una decisión que no voy a desvelar para que podáis descubrirla por vosotros mismos pero que ya anticipo que no será la que todos nos imaginamos, al menos no la que yo me imaginé. En definitiva “Una forma de vida” es una buena novela bien trazada, que tiene un poco de todo. Algo de humor, intriga, un romanticismo algo postmoderno y también un toquecito de crítica social, pero sobre todo está muy bien narrado, lo que hace que nos podamos deslizar por sus páginas siempre bien pulidas y enceradas.

2 comentarios:

gloria dijo...

jesus ya había leído esta critica y me gusta mucho, solo decirte que a ver si actualizas el blog ;-)

Tecnomago dijo...

Amigo: muchas gracias por la crítica a este libro, lo cual me ha despertado un profundo interés en leer esta obra. Saludos.